que me lees y me sufres,
dile a mi chica de ciencias,
que la chica de letras, yo,
siempre más (más, más, más, más, más).
Y que es...
lo mejor que le va a pasar a alguien más.
Aquí estoy, pensando en cómo decirte tanto y nada. Y es que tan sólo pensar en que leerás todo esto me pone nerviosa y me tiemblan las letras. Te seré sincera, cuando te conocí no creí que te volverías alguien tan importante para mí. Pienso en ti todo el día. Sanaste la herida abierta que llevaba en el alma, sin siquiera saberlo, sin sospecharlo. Fuiste quien se quedó cuando ni yo misma estaba. Y gracias, oye.
Eres todo lo que esperaba y aún más. Eres la necesidad de lo que no hace falta y sin embargo, cuando no esta me mata. Dicen que el punto está en encontrar a la persona que jamás buscaste; que resulta incómoda de tan perfecta. Así me pasa contigo. No sé si entiendas. Que me gustas. Me gustas porque eres diferente a mí. Me gustas porque día a día voy descubriendo un mundo desigual al mío, el tuyo. Me complementas. Me gusta la manera en la que sonríes y se te arruga la nariz. Me gusta que veas directo a los ojos, sin vacilar. Me gusta que tengas la estatura perfecta para darte besitos en la frente y tomarte de la cintura. Me gusta que al besarme, me acaricies la cara. Me gusta terminar nuestros besos con piquitos y que en medio de una sonrisa volvamos a empezar. Me gustas porque capturas mi curiosidad y mi admiración. Me gusta que seas responsable y que te preocupes por un futuro. Me gusta la manera en la que te desesperas. Me gusta que me retes siempre y que jamás me dejes ganar. Me gusta que así como tú lo haces, yo puedo enseñarte una nueva perspectiva de las cosas. Me gusta que tu voz sea lo primero que escuche al despertar. Me gusta saber que jamás dejaré de conocer algo nuevo. Y justamente es eso, no sé qué es lo que tienes y eso me encanta.
Como en toda relación existen contratiempos que se empeñan en desgastarnos, pero no. Todo nos hará más fuertes y sé que podremos contra ellos. Porque no existen pretextos ni excusas para alejarme de lo único que me hace feliz. Me gustan los comienzos, porque son los momentos en donde un final parece imposible. Y así quiero seguir, yo no quiero ser un “lo que dure”. Yo quiero ser un “para siempre”. Y te entiendo, eso espanta a cualquiera. Pero por favor, quédate. Te quiero.
09.03.14
09.04.14
Ella era como unos anteojos estrellados, esparciendo cristales por el suelo. Pero era hermosa y despertaba mi curiosidad… Hizo que me fijara en todos esos detalles que no debía notar, como la manera en la que sus pestañas se rizan y enmarcan una sonrisa cada que parpadea, o cómo sus carcajadas la dejan sin aliento, formando dos comillas en las mejillas; además, hacía muecas con los labios. También me fijé en la manera desarreglada de su cabello, enmarañado, sí, pero la hacía ver más atractiva. Vi mi reflejo en sus ojos y ella en los míos; todo lo que se podía ver era tristeza. Ella tenía en la mirada mera melancolía, podías sentirla. Y aún con eso, sus ojos no perdían aquel brillo. La vida la había jodido, destrozado. Y yo quería recoger todos esos pedazos, quería juntarlos de nuevo, incluso adherir algunos nuevos; así que lo intenté, de verdad lo hice. Dicen que cuando tratas con una persona rota, debes tener cuidado con sus pedazos, porque cortan. Y así me fue. Por cada vez que trataba de sanarla, más frágil me volvía, pero no me importaba. Quería verla feliz. Cada que la hacía reír, lo único en lo que podía pensar era en que eso era lo que quería hacer el resto de mi vida, verla reír. Empezó a mejorar, de a poquito reunió las piezas suficientes como para levantarse e irse, escapar. Pero no me llevó junto con ella. Y yo me quedé ahí, donde me dejó; preguntándome sí los pedazos que habían quedado tirados eran suyos, o míos. Es difícil y es triste, pero es la decisión correcta. Y siempre será mejor cuando yo no esté. Estará bien y será la luz de otra obscuridad. Y yo no me permitiré pensar en ella. Ahora, tengo miedo de que aunque no regrese nunca conmigo, no se vaya jamás de mí. No sé si entiendan. Que ella era el tipo de amor que recordaré por siempre, pero no el tipo de amor que duraría para siempre.
Y justo después de éste mes... |