viernes, 31 de enero de 2014

Ella es arte.



Me gustaban sus ojos tristes, porque con todo y eso contenían brillos inmortales, encontraba galaxias que aún no conocía. Quería conocerlas, me sentía astronauta. Y sus pestañas, sus pestañas eran niebla. 
Me gustó porque sus manos eran raíces, me mantenían estable, segura, viva.
Me gustó porque no se preocupa por impresionar, es defectuosa, realista y radical, bizarra, dañada. Me recordaba que nada en la vida era perfecto, sino real. Es calma y es caos.
Me gustó porque tenía secretos, cicatrices que cuentan historias y un pasado que la hacía actuar de forma peculiar. Me recordaba que yo tenía un lado curioso e intrépido que destacar, que nunca acabaría de re-inventarme.
Me gustó porque me convertía en alguien diferente, día tras día, en la ilusión de una valiente, fuerte, alguien nuevo.
Me gusto porque dolía. Quererla dolía. Alguien tenía que ensuciarme, hacerme pisar la tierra. Aquí se resume mi teoría surrealista acerca del cielo y el infierno. Ella es ambos.
"Mentira. Ni me salvó, ni la salvé. Sólo cavamos nuestra tumba con el tiempo, pero escribimos juntas el epitafio: — Por lo menos, lo intentamos."
A veces puedes equivocarte mucho con una persona.


 ...

Soy instante.


Soy una decena de tazas de café con poco azúcar, y la mitad de una pieza de pan que no me dio tiempo de terminar. 

Quizás algo de agua con limón y sin azúcar, para darle un toque ácido a la vida.
Soy letras, nicotina, niebla, dolor ajeno, risas vacías, retazos de capítulos de series que ya nadie ve pero de los que todos son fanáticos, un par de estrellas apagadas cuya desaparición nadie nota.
Soy esa canción en tu reproductor que siempre te saltas, pero nunca borras porque sabes que algún día vas a querer escucharla.
También soy ojeras y bolsas llenas de memorias en los ojos.
Soy las lágrimas de las hojas de los árboles que quedan cuando acaba de llover.
Soy el bache que todos evitan en el camino, lugares a los que nunca he ido, pero he estado.
Rota como las medias, y sin par como los calcetines.
Soy herida, pero también he sido cicatriz. 

5:00 A.M.

Todas las noches es lo mismo, me siento en el suelo y pienso, pienso en qué hice mal para que dejaras de quererme, por qué te fuiste, pienso en todos los “hubiera” que tal vez debí hacer para que te quedaras, pienso en lo patética que soy extrañándote por las madrugadas mientras tú duermes soñando con otra persona. Lloro, y me inundo de recuerdos, de lugares y canciones que eran nuestras, lloro por todos los planes que no realizamos y todas las promesas que no cumplimos. Lloro por la vida que me arrebataron, esa que quería vivir contigo y con nadie más. ¿A dónde se fue todo eso? ¿A dónde se fue tu cariño? Díganme, me quiero ir junto con él, ¿volverá? Porque yo lo sigo esperando, ¿por qué te sigo esperando? Sé que ya no vas a volver, pero como quisiera que así fuera, como quisiera verte caminar hacia mi como la primera vez y tomarte de la mano. Y me sobraban las palabras cuando tú te tenías que ir, así que las guardaba en mi cuaderno para no olvidarlas. Lo único que pude hacer es ver cómo te ibas, lo único que gané fue extrañarte. Te quiero más de lo que puedo. Ya no puedo imaginar un futuro, no lo quiero sin ti. Ya no puedo recordar un pasado en el que no estés tú. Ni siquiera tengo un presente. Dicen que sólo una vez en la vida conoces a alguien que divida el tiempo en dos épocas, antes y después de conocerla. Y así me va.
Todas las noches me culpo por perderte, pero hoy entendí que no es así, es diferente. Yo siempre he sido la misma insegura, rota, celosa, dramática, y perdida de siempre, yo siempre he sido este desastre de persona, ¿por qué antes eso no te importaba? ¿Por qué ahora te molesta? Dime, ¿si ella no hubiera aparecido, lo nuestro habría terminado, habrías dejado de quererme? 
Como sea, aquí estoy, escribiéndote para decir te quiero, sé que siempre termino los mensajes diciéndolo, pero es que me da pánico que se te olvide. No importa que le demuestre al mundo que te he superado, sólo es una mentira que espero creerme yo misma. No espero que me quieras como yo te quiero, yo no estoy condicionándote. Y, aunque no vuelvas, yo cumpliré la parte de nuestra promesa, yo te querré siempre. "El amor nace de tiempos difíciles". 


Cuando quieras puedes regresar, yo nunca me he ido…

sábado, 11 de enero de 2014

Dejo mi corazón aquí, contigo.

Aquí, como en todos los cuentos existe una princesa. Ella llegó cuando menos lo esperaba, ella llegó a salvarme. Muchos se enamoran así, como yo, por una red social, pero pocos tienen la suerte que tuve. ¡Vivía en la misma ciudad que yo! Ni siquiera en el mismo país, ni estado, ¡la misma ciudad! A 20 minutos, para ser exactos, estudiaba a una cuadra de mi preparatoria, ¿quién lo diría? Yo no soy de las personas que creen en un destino, pero con ella dudé.

¡Carajo! Todo era tan hermoso cuando estaba con ella, que interesante era que sólo con ver mi reflejo en sus ojos mi mundo se arreglara. Es la única persona que me ha hecho sentir que importo, la única que ha podido hacerme sentir bonita, segura de mí misma. Con ella las sonrisas no eran fingidas. Parecía imposible, había encontrado un motivo para seguir aquí, para quedarme y seguir intentando el día a día.

¡Vaya que teníamos problemas! Ambas somos tan diferentes, en todo, lo único que teníamos en común era el cariño por la otra. Tuvimos tantas caídas, éramos como una resbaladilla. Sí bien no nos conocimos en la situación correcta, sé y estoy segura de que ella era, es la correcta, es la indicada. La distancia no ayudó mucho, me mudé dos veces y tuve que dejar de verla…

Eso no importaba, decíamos. Y fuimos “novias”, sí, lo escribo con comillas, ni siquiera eso parecíamos. Yo llena de inseguridades, celos, pero sobre todo, miedo, miedo de que alguien más notara todo lo que ella es, que alguien más la hiciera sonreír, el sólo hecho de pensarlo a diario me enfermaba, y al parecer a ella también.

Cometí muchos errores que nos desgastaron, olvidamos cómo solíamos ser, como llevarnos bien y ella, simplemente se cansó, se le acabó el amor por mí, lo maté. Nunca me arrepiento de nada, de nada más que de no haber sabido hacer bien las cosas con ella, de no saber salir de cosas por ella…

Llegó alguien más que le devolvió la ilusión al rostro, obviamente me devasté pero, ¿saben? Yo lo que más quería es que ella fuera feliz, sí esa era la forma en la que iba a conseguirlo, por mí estaba bien. ¡Mierda! Yo la amo.

Mi vida tal vez no sea peor que la de algunos otros, pero es un desastre, todo estaba mal, me atrevo a decir que le debo días de vida a ella, tal vez ni siquiera estaría escribiendo esto si no la hubiera conocido. Tantas veces estuve a punto de acabarlo todo, y lo único que me detuvo fue su “Te quiero”, sus abrazos, sólo estoy aquí por ella. Ambas estamos rotas, prometimos esquivar los golpes. Prometimos tantas cosas que ahora tal vez ni siquiera se cumplan, ¿por qué? Bien, le acaban de diagnosticar leucemia, el amor de mi vida tiene Cáncer. Y ahora en lo único que pienso es en correr a su lado y no separarme de ella ni una milésima de segundo. Quiero que se acabe en mis labios, en mis brazos. ¡Y no puedo! No puedo hacer nada por ella y eso me frustra. Muchos me dicen que soy una idiota en pensar eso, que puede tratarse y salir de esta, pero ustedes no la conocen como yo. ¡Ella no peleará! Ni siquiera se dará la oportunidad de luchar contra esto, sé que puede. Sólo se dejará morir, y me llevará junto con ella. No me imagino una vida en la que ella no exista, no la imagino, no me gusta, no la quiero, ¡me niego a aceptarlo! ¡PUTA VIDA! Le regalaría mi vida para arreglar la suya. ¿Por qué tiene que ser así? Ahora me siento tan mierda por no haber dado todo de mí cuando estaba con ella, cuando me dio la oportunidad de quererla.

¡Me duele! Me duelen los planes que no realizaremos, los besos que dejé de darle. Me duelen las mañanas que no viviré a su lado, las gemelas que no veremos correr por el pasillo y el perro que no tendremos. Me duele la vida juntas que nos ha sido arrebatada. Duele cuando aún no terminas de leer la historia y de la nada dejas de leer el libro.

Jamás volveré a sentir lo que ella hizo en mí, jamás volveré a amar así. Sí, tienen razón, no es la primera vez que me enamoro, pero es la primera vez en la que me enamoraba. Y ella nunca lo sabrá, no sabrá que es lo único bueno que me ha pasado en la vida, no sabrá que cada que me hablan de amor, yo me acuerdo de ella. No sabrá que yo vivo para ella. No sabrá que si ella no hace algo por salvarse, nos matará a ambas.




Te amo Plutón, no importa en qué vida leas esto. Esquivaremos los golpes mi vida, y estaré junto a ti, cuidándote el resto de mis días. Siempre serás mi sonrisa favorita. Te todo. Me todo. Nos todo.