sábado, 11 de enero de 2014

Dejo mi corazón aquí, contigo.

Aquí, como en todos los cuentos existe una princesa. Ella llegó cuando menos lo esperaba, ella llegó a salvarme. Muchos se enamoran así, como yo, por una red social, pero pocos tienen la suerte que tuve. ¡Vivía en la misma ciudad que yo! Ni siquiera en el mismo país, ni estado, ¡la misma ciudad! A 20 minutos, para ser exactos, estudiaba a una cuadra de mi preparatoria, ¿quién lo diría? Yo no soy de las personas que creen en un destino, pero con ella dudé.

¡Carajo! Todo era tan hermoso cuando estaba con ella, que interesante era que sólo con ver mi reflejo en sus ojos mi mundo se arreglara. Es la única persona que me ha hecho sentir que importo, la única que ha podido hacerme sentir bonita, segura de mí misma. Con ella las sonrisas no eran fingidas. Parecía imposible, había encontrado un motivo para seguir aquí, para quedarme y seguir intentando el día a día.

¡Vaya que teníamos problemas! Ambas somos tan diferentes, en todo, lo único que teníamos en común era el cariño por la otra. Tuvimos tantas caídas, éramos como una resbaladilla. Sí bien no nos conocimos en la situación correcta, sé y estoy segura de que ella era, es la correcta, es la indicada. La distancia no ayudó mucho, me mudé dos veces y tuve que dejar de verla…

Eso no importaba, decíamos. Y fuimos “novias”, sí, lo escribo con comillas, ni siquiera eso parecíamos. Yo llena de inseguridades, celos, pero sobre todo, miedo, miedo de que alguien más notara todo lo que ella es, que alguien más la hiciera sonreír, el sólo hecho de pensarlo a diario me enfermaba, y al parecer a ella también.

Cometí muchos errores que nos desgastaron, olvidamos cómo solíamos ser, como llevarnos bien y ella, simplemente se cansó, se le acabó el amor por mí, lo maté. Nunca me arrepiento de nada, de nada más que de no haber sabido hacer bien las cosas con ella, de no saber salir de cosas por ella…

Llegó alguien más que le devolvió la ilusión al rostro, obviamente me devasté pero, ¿saben? Yo lo que más quería es que ella fuera feliz, sí esa era la forma en la que iba a conseguirlo, por mí estaba bien. ¡Mierda! Yo la amo.

Mi vida tal vez no sea peor que la de algunos otros, pero es un desastre, todo estaba mal, me atrevo a decir que le debo días de vida a ella, tal vez ni siquiera estaría escribiendo esto si no la hubiera conocido. Tantas veces estuve a punto de acabarlo todo, y lo único que me detuvo fue su “Te quiero”, sus abrazos, sólo estoy aquí por ella. Ambas estamos rotas, prometimos esquivar los golpes. Prometimos tantas cosas que ahora tal vez ni siquiera se cumplan, ¿por qué? Bien, le acaban de diagnosticar leucemia, el amor de mi vida tiene Cáncer. Y ahora en lo único que pienso es en correr a su lado y no separarme de ella ni una milésima de segundo. Quiero que se acabe en mis labios, en mis brazos. ¡Y no puedo! No puedo hacer nada por ella y eso me frustra. Muchos me dicen que soy una idiota en pensar eso, que puede tratarse y salir de esta, pero ustedes no la conocen como yo. ¡Ella no peleará! Ni siquiera se dará la oportunidad de luchar contra esto, sé que puede. Sólo se dejará morir, y me llevará junto con ella. No me imagino una vida en la que ella no exista, no la imagino, no me gusta, no la quiero, ¡me niego a aceptarlo! ¡PUTA VIDA! Le regalaría mi vida para arreglar la suya. ¿Por qué tiene que ser así? Ahora me siento tan mierda por no haber dado todo de mí cuando estaba con ella, cuando me dio la oportunidad de quererla.

¡Me duele! Me duelen los planes que no realizaremos, los besos que dejé de darle. Me duelen las mañanas que no viviré a su lado, las gemelas que no veremos correr por el pasillo y el perro que no tendremos. Me duele la vida juntas que nos ha sido arrebatada. Duele cuando aún no terminas de leer la historia y de la nada dejas de leer el libro.

Jamás volveré a sentir lo que ella hizo en mí, jamás volveré a amar así. Sí, tienen razón, no es la primera vez que me enamoro, pero es la primera vez en la que me enamoraba. Y ella nunca lo sabrá, no sabrá que es lo único bueno que me ha pasado en la vida, no sabrá que cada que me hablan de amor, yo me acuerdo de ella. No sabrá que yo vivo para ella. No sabrá que si ella no hace algo por salvarse, nos matará a ambas.




Te amo Plutón, no importa en qué vida leas esto. Esquivaremos los golpes mi vida, y estaré junto a ti, cuidándote el resto de mis días. Siempre serás mi sonrisa favorita. Te todo. Me todo. Nos todo.