martes, 16 de julio de 2013

"Y me enamoré como hoy ya no se enamoran".

Alguna vez me preguntaron: "¿Cuál ha sido tú experiencia más fantástica?" A lo que yo contesté que enamorarme. Si, aunque muchos no lo crean. 


Enamorarme, aunque éste hermoso y trágico echo me esté destruyendo, aprendí a querer a alguien mucho más que a mí misma, por primera vez me preocupaba lo que alguien pensara de mi, cómo se sentía y qué era lo que quería. Por primera vez solo quería complacer en todos los aspectos a esa persona, quería ser la mejor por alguien más, no sólo por mi. Por primera vez, perdone a alguien sin importar el qué, perdone y eso es épico porque debo agregar que soy de las personas más rencorosas que existen (y creo que seguiría perdonándola). En esos momentos te sientes infinita, sientes que no importa nada, que nada tiene riesgo si esa persona te toma de la mano. Enamorarme me hizo aprender bastante, de lo que puedo llegar a hacer, de ser capaz. Hace que disfrutes los días más que nadie cuando estás en unos brazos, unos brazos que te hacen sentir segura, hace que te pierdas en unos ojos, unos ojos que hacen que a través de ellos el mundo sea visto de otra manera más agradable, hace que anheles unos labios, anheles ser la razón de una sonrisa, anheles escuchar un timbre de voz a todas horas y que nunca sea suficiente, hace que sin tomar su mano te sientas perdida, pierdas el presente y te enfoques en el futuro un futuro que no existe y no te interesa si no es con ella. Cuando ésta persona te falta, te falta todo, aunque en realidad no te falte nada, cuando esta persona ya no está te amarras a lo que fue, a lo que fueron juntas/os, arañas las sonrisas que un día fueron por ti y te empeñas en recordar diario para que no se te olvide ningún detalle de su rostro, de los lunares de sus manos, de las cicatrices que tú intentaste sanar, cuando esa persona se va, se lleva una parte de ti, la parte que más querías, la que más te gustaba, porque era de ella/él. Cuando esa persona te falta, te sobra todo el mundo y buscas cualquier razón para poder pronunciar un "Hola" que se llevará el viento. Cuando esa persona te falta crees que estás a punto de morir, que sin ella no puedes, pero es porque todo lo que tú creías, por lo que tú peleabas lo querías junto a ella, cuando se va muchas cosas dejan de ser lo que son, las hojas en el suelo que causaban sonrisas al pisarlas ahora son árboles sin vida, los días fríos que te gustaban porque usabas sus brazos como suéter, ahora son solo días de prender cigarros y consumir recuerdos. Cuando esa persona, la que te dio fuerzas para crear galaxias en besos, la que te hizo adicta al café, al café de unos ojos, cuando la persona que con un "Hola" alborotaba a las mariposas disecadas, cuando esa persona ya no está, se pierde todo lo aprendido, el color y hasta la sonrisa. Es peor que una enfermedad, debes recetarte tiempo, abstinencia y sobre todo mucha paciencia. Además, es la única sensación que te pone al límite, o sientes demasiado o no sientes nada, o eres infinito o estás agonizando. O eres, o no eres. Todo y nada. Ella o nadie ...