viernes, 7 de marzo de 2014

Y lo siento, hoy también se me olvidó olvidarte.

¿Recuerdas aquél día en el parque de tu casa? Yo lloraba, y mientras te abrazaba pensaba: “esto va a terminar mal”. Pero no por eso te solté, ni dejé de abrazarte... Llenabas de sentimientos cada uno de tus besos, por eso al tocar tus labios podía sentirse tu corazón. Hay personas que son como el invierno, y se enamoran de unas manos frías. Así contigo y conmigo. Y es que éramos felices… porque aun cuando todo salía mal, nada nos borraba la sonrisa. ¿Puedes volver? Quiero decir, más bien, ¿podemos volver a ser? Ahora que no estás no sé qué hacer conmigo misma. Estoy aburrida de no hablar contigo. No te voy a mentir, hay días en los que logro borrarte de las cosas y parece que todo será más fácil. Pero el tiempo sólo se encarga de decirme que aún no supero nada. Y qué razón tiene, que ni siquiera puedo escuchar las canciones que te gustan, que no he querido oír una vez más tu nombre, ni mirar nuestras fotos sin romperme un poco. A veces me gustaría correr a buscarte y preguntarte si de verdad eres feliz con ella. Si valió la pena... Algún día ya no te extrañaré, supongo. Pero cariño... ese día aún no es hoy, no será mañana, no será pronto, no será fácil, ese día no será. Aquí dueles. Y lo siento, hoy también se me olvidó olvidarte.