viernes, 8 de agosto de 2014

Es de madrugada y tal vez ya estés dormida, y tal vez yo ya debería estar durmiendo, pero quiero escribir sobre ti y decirte que te extraño a pesar de que tú no lo hagas, a pesar de que no lo merezca. Que me gustaba cuando me hablabas hasta quedar dormida, y me gustaba que me abrazaras al despertar. Me gustaba dormir a tu lado. Me gustaba besarte los miedos. Me gustaba tener días contigo. Tienes que saber que te agradezco el tiempo que pasamos, las noches que estuvimos, los te quiero que dijimos y los que también callamos. Agradezco haber sido por un tiempo tu sonrisa y el brillo tan hermoso de tu mirada. Agradezco que me hayas querido, que me hayas cuidado, que me hayas aceptado una historia que jamás olvidaré. Cada momento hace una vida, así como cada gota hace un río. Y contigo yo me hice todo un océano. Te agradezco la vida que ahora me quitas, las lágrimas que me dejas y la sonrisa que te llevas. Así sean cosas buenas o cosas malas, contigo fui más que feliz que con cualquiera y será eterno el amor y eterna tu ausencia. Te agradezco que me hayas hecho soñar por los cielos, así haya terminado por los suelos. Pues contigo, no creí tener paracaídas y también creí que no existiría un final. Eres todo eso que desearía tener conmigo, pero que no estoy dispuesta a poseer, puesto que todo aquello que se tiene, en algún momento se pierde y yo, yo no soportaría perderte. No espero que lo entiendas, más sí que me perdones, y si quieres, ojalá me esperes… Que no era nuestro tiempo, ni lugar, tal vez ni siquiera nuestra vida, pero una vez me dijiste… 


¿Recuerdas?