No sé ser feliz si no es con tabaco, y
ésta dependencia emocional acabará consumiéndome. Y ya sé que todo el
día me la he pasado recordándote, te tengo aquí, incrustrado,
recitándome en silencio que tengo "toda la pinta" de un corazón roto y
adolorido, pero no me dices nada porque sabes que me queda muy bien el
pintalabios rojo y temes perderte en una maraña de pensamientos que no
sabes desliar. Presiento que ésta noche trae doble ración de melancolía,
ya sabes, yo no soy de las que olvidan, pero debo admitir que en un
intento desesperado, tiré por ahí tus recuerdos, así como en las
esquinas se tiran desprevenidas las colillas de cigarro.